Érase una vez una niña llamada Rosa, era una niña muy guapa amable y estudiosa.
Un día Rosa se fue a un parque de atracciones llamado "Los peluches locos". A Rosa le daba un poco de miedo porque era un nombre un poco raro.
Ella pagó la entrada y entró al parque de atracciones. Ella fue a un puesto muy llamativo, tenía muchos peluches en forma de osos panda. Ella ganó uno de esos peluches y le puso como nombre Pepo. Para Rosa, Pepo era un peluche muy divertido y bonito. Hasta que un día se le perdió y ella se puso muy triste.
Un hombre muy raro le regaló uno igual y ella se puso muy contenta y se fue con su peluche que también le puso como nombre Pepo. Se fue para casa.
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